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Once de la mañana del día de Navidad. Un tipo entra en el bar de mala muerte en donde evito la felicidad de afuera. El veinticuatro de diciembre ha llegado como el peor día de la vida, y, como acaban de echarlo de la fábrica y ha llegado muy temprano al apartamento y ha encontrado a la mujer con otro, el pobre tipo ya ha perdido, en alguna parte, la corbata y el zapato izquierdo. Yo, muerto del frío, agotado, torpe, hago, en mi cuaderno cuadriculado, un cuento que no puede tener ninguna palabra con la letra que, en el abecedario, aparece entre la "erre" y la "te". Porque, aunque.......[Leer más] |
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